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1 de marzo de 2024

#Columna: “Alexa, elabora un proyecto educativo innovador basado en datos”

Mg. Pablo Álvarez Gómez
Coordinador de Innovación Asesorías Educativas
Instituto de Informática Educativa – UFRO

Recientemente tuvimos la oportunidad de trabajar con directoras y directores de establecimientos educacionales de la región sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) como una herramienta de apoyo en la gestión de datos para la toma de decisiones. Fue inevitable la división entre el público: una parte con temor por la pérdida de capacidades, mientras que otra con entusiasmo sobre las posibilidades que se abren.

Y es que este tipo de divisiones no son nuevas en la historia de las tecnologías, donde muchos hablan de resultados negativos e incluso retrocesos, mientras que otros/as identifican oportunidades de mejora y apertura a nuevas posibilidades. Esto último toma particular relevancia cuando pensamos en nuestra capacidad humana a la hora de recoger, almacenar, procesar y analizar información para tomar decisiones, particularmente en educación.

En su informe anual 2022, el sitio DOMO especializado en estadística de la internet, muestra resultados sorprendentes basado en Statista: el número de datos disponibles en la internet fue de 97 zettabytes con proyecciones de 181 para el 2025. Se necesitarían más de 100 quintillones de personas durante 100 años para escribir todos estos datos.

Es tal la cantidad de información que sigue aumentando a diario, que esto parece fuera de control. Entonces nos preguntamos ¿somos capaces los humanos de gestionar este número de información? ¿somos capaces de sacar provecho al valor que tiene esta información? En base al trabajo que realizamos desde el Instituto de Informática Educativa, creemos que la respuesta es sí, pero desarrollando nuevas capacidades y asistido por tecnologías.

“Alexa, necesito un proyecto educativo innovador basado en datos” es una frase que reúne varias ideas de fondo, en que tanto para la búsqueda como la generación de información, resulta clave el desarrollo de competencias de indagación en la internet, que nos permita responder hipótesis por medio de una pregunta clave. Los datos toman “vida” a partir de una pregunta indagatoria que nos hacemos, siendo este el modo en que desmenuzamos los zettabytes. Acompañado de esto, siempre será el criterio y la ética aquello que trascienda a la hora de enfrentarnos a un mundo de datos.

Y ¿por qué no asistirnos de la inteligencia artificial cuando estamos pensando en un proyecto educativo? ¿Cuáles son los sesgos respecto a la calidad en este tipo de información? Al final, la comunicación con el chatbot de una IA implica la posibilidad de mensajear con un experto/a que maneja información fresca, que puede generar conocimiento y predecir escenarios a partir de todo lo que “sabe” sobre un tema. Incluso, en otro nivel de análisis, nos permite derribar brechas socioculturales y económicas, ya que nos acerca a un capital de conocimiento que suele ser para unos pocos.

La invitación es ver a nuestros asistentes digitales como lo que son llamados a hacer: asistirnos en nuestras tareas diarias, potenciando nuestras capacidades e incluso abriendo nuevas formas de capital de conocimiento. Tenemos una gran oportunidad de ir conduciendo para el mejor provecho de lo que se viene tecnológicamente, especialmente en educación, donde el uso de datos está en crecimiento y la toma de decisiones es permanente.

Por último, una invitación a autoevaluarse considerando los 50 sesgos cognitivos propuestos por Elon Musk el 2021 ¿Con cuál de ellos te sientes representado cuando hablamos de tecnologías?

PD: Esta columna de opinión NO fue escrita con IA.